El Caos es femenino, y el Orden masculino.
El Caos no es desorden, sino el origen del Orden.
Es responsabilidad femenina expresar el Caos, y responsabilidad masculina ordenar al Caos.
Sin el Caos la Masculinidad no encuentra sentido a su Orden, y éste se vuelve estéril, superficial, distorsionado.
Sin el Orden el Caos de la Feminidad se pierde en el laberinto de las emociones y la creación nace muerta.
Cuando Masculinidad y Feminidad están sincronizados, el producto de esa armonía hace del Caos un Nuevo Orden.
Pronto la mujer y lo femenino tendrá aquí su espacio de expresión: Chaos.
Abharoñ Cib